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Globo

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Cubitos de hielo

La revolucionaria idea de vender hielo se le ocurrió al estadounidense Frederic Tudor, pero sus inicios no fueron fáciles, y su negocio no tuvo la acogida esperada, por lo que entró en quiebra varias veces antes de triunfar.

El primer intento de vender agua congelada en las calurosas tierras caribeñas fue en 1806, pero el cargamento se derritió en el puerto de la isla de Martinica.

En 1820, tras una excelente campaña de marketing, triunfó en el Caribe, y más tarde, en Europa.

jueves, 14 de octubre de 2010

Vals

Su nombre deriva del término alemán wälzen, que significa "girar".

Su origen se remonta al "ländler", una danza folclórica del siglo XII que se bailaba en Austria y las zonas del Sur de Alemania.

Esta danza se extendió por Europa en el siglo XVIII y se hizo muy popular entre las clases bajas, pero no fue aceptada por la nobleza y la alta burguesía hasta finales de siglo, cuando incluyeron este baile en sus grandes y prestigiosos salones.

Es entonces cuando surgió el Vals, tal y como hoy lo conocemos.

Apareció en las ciudades austríacas, principalmente en Viena, al transformar y modernizar la danza tradicional.

Aunque mantuvo el ritmo y los giros propios del "ländler", refinó su forma y estructura, sobre todo sustituyendo la fiereza y el taconeo por la suavidad y fluidez propios del "Vals Vienés".

Pero en muchos sectores de la alta sociedad fue visto como un baile "inmoral" hasta bien entrado el siglo XIX.

jueves, 28 de enero de 2010

Teléfono

A cualquier persona que se le pregunte por quién inventó el teléfono diría sin dudarlo Graham Bell, pero mirando la historia hacia atrás y concordando fechas, la verdad es que fue Antonio Meucci.

En 1923, la Orden de los “Hijos de Italia en EEUU” inauguró un monumento a la memoria de Antonio Meucci como “inventor del teléfono”. En 1950 pusieron a Bell en el “Hall of Fame” de los grandes hombres americanos.

El 11 de junio de 2002 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución nº 269 reconociendo que fue Antonio Meucci el inventor original del aparato. Se reconoció que el teletrófono de Meucci (como así lo había bautizado) se mostró públicamente en Nueva York en 1860, 16 años antes de que Bell lo patentara. El veredicto estadounidense también afirma que “la vida y logros de Antonio Meucci deben ser reconocidos, así como su trabajo en la invención del teléfono”.

La historia es realmente triste. Aunque Bell tenga otros inventos como la balanza de inducción, un prototipo de pulmón de acero para la respiración artificial, el fotófono, el radiófono y el grafófono y haya sido un apasionado de la velocidad con lanchas hidroplano, ya que en 1919 estableció una marca de velocidad de 116 km/h cuando contaba con 72 años de edad, lo que le hicieron a Meucci no tiene perdón.