A cualquier persona que se le pregunte por quién inventó el
teléfono diría sin dudarlo
Graham Bell, pero mirando la historia hacia atrás y concordando fechas, la verdad es que fue
Antonio Meucci.
En 1923, la Orden de los “Hijos de Italia en EEUU” inauguró un monumento a la memoria de
Antonio Meucci como “
inventor del teléfono”. En 1950 pusieron a
Bell en el “
Hall of Fame” de los grandes hombres americanos.
El 11 de junio de 2002 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución
nº 269 reconociendo que fue
Antonio Meucci el inventor original del aparato. Se reconoció que el
teletrófono de Meucci (como así lo había bautizado) se mostró públicamente en Nueva York en 1860, 16 años antes de que
Bell lo patentara. El veredicto estadounidense también afirma que “la vida y logros de
Antonio Meucci deben ser reconocidos, así como su trabajo en la invención del
teléfono”.
La historia es realmente triste. Aunque
Bell tenga otros inventos como la
balanza de inducción, un prototipo de
pulmón de acero para la respiración artificial, el
fotófono, el
radiófono y el
grafófono y haya sido un apasionado de la velocidad con
lanchas hidroplano, ya que en 1919 estableció una marca de velocidad de 116 km/h cuando contaba con 72 años de edad, lo que le hicieron a
Meucci no tiene perdón.